Experiencia del triángulo de las fortalezas:
Una actividad realizada durante la primera
sesión del módulo de Creatividad de IV año; ese martes en la tarde en el que se
realizaban actividades por la semana de Terapia Ocupacional. Se disponía a ser
una dinámica de corta duración, para justamente, poder asistir a las
competencias de alianzas… Entonces, las instrucciones fueron simples, dibujar
en una hoja de papel un triángulo y posteriormente escribir tres cualidades o fortalezas que nos
identifique, de manera personal. Aquí es cuando pensé que me iba a costar… y
fue así. Pensé durante un largo rato las tres cualidades que podrían
identificarme plenamente. En algún momento le pedí ayuda a una amiga para que
me diera una idea, porque ya tenía clara una, pero faltaban aún dos.
Cuando logré identificar esas tres palabras
que debían caracterizarme, quedé contenta. Sentí que realmente eran parte de mí,
y así lo afirmaron también los más cercanos y cercanas. Pero esto no era todo,
porque una vez listo el triángulo de todos y todas, el profesor pide que nos acerquemos a un integrante del
curso con el que durante estos cuatro años de universidad, no hayamos
compartido mucho… que no nos juntemos con nuestros amigos/as cercanos, ya que
la idea es conversar y presentarse cada uno/a con sus tres cualidades ante otro/a
que quizás nos conoce poco.
Así fue como me acerqué a una compañera,
explicamos cada una nuestras cualidades identificadas en el triángulo (por
cierto, con un alfiler lo pusimos en nuestra ropa) y conversamos durante unos
minutos sobre diversos temas, pero uno en común fue que ambas nos tardamos un
poco en pensar las tres palabras claves; ambas manifestábamos un poco de
vergüenza al hablar de nosotras mismas.
Posteriormente, cada pareja se unió a otra
pareja y se repitió la dinámica y para finalizar, cada cuarteto se unió con
otro; presentamos nuestras fortalezas e inventamos una frase que nos
identifica. Menciono que en nuestro caso, no fue una frase precisamente lo que
nos identificó, sino que un árbol, ya que todos y todas tenemos cualidades
similares que forman un tronco, pero además, cada uno/a aporta con sus propias
características; diferentes a las de los demás y que nos hacen únicos. Esas son
las ramas y hojas que se desprenden de aquel árbol.
Esta experiencia me sirvió mucho para conocer
qué piensan algunos y algunas de mis compañeros/as sobre ellos mismos, para
darme cuenta que es difícil hablar ante otros/as con los que no se comparte de
manera constante sobre las características o cualidades que poseemos. Sin
embargo, estas instancias ayudan a tomar confianza, a tomar verdaderamente
nuestras fortalezas y exponerlas a los demás. En principio puede costar, como
es lo que me pasó con esta dinámica, pero con estos ejercicios es posible enorgullecerse
de lo que cada uno es.
Estas cualidades nos acompañarán durante toda
la vida, nos ayudarán a desarrollarnos como profesionales y debemos tenerlas
claras, para poder sacarles provecho y cultivarlas cada día más. En mi caso,
estas fortalezas son: sinceridad, eficiencia y sociabilidad. De ellas, podré
aferrarme cuando los obstáculos se crucen en el largo camino que me queda por
recorrer.
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